Todo se debe a Dios

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El Padre Robert Lombardo dirige a los voluntarios que están listos para ayudar con la Mobile Food Pantry (Despensa Móvil de Alimentos), que atiende alrededor de 250 familias en el West Side de Chicago una vez al mes.

El Padre Robert Lombardo dirige a los voluntarios que están listos para ayudar con la Mobile Food Pantry (Despensa Móvil de Alimentos), que atiende alrededor de 250 familias en el West Side de Chicago una vez al mes.

El Padre Robert Lombardo, C.F.R. no es alguien que hable mucho de sí mismo. El sacerdote de 54 años discretamente reconoce en pocas palabras que sus padres todavía viven en Connecticut, que las Hermanas Ursulinas le enseñaban en la escuela primaria, y que es graduado de la University of Notre Dame.

O.K., tal vez tiene algunas cosas más que decir sobre el estado lamentable del fútbol de Fighting Irish.

Lo que a Lombardo realmente le gusta es hablar de su ministerio en uno de los barrios más pobres de Chicago y de la nueva orden religiosa de la que es mentor. Pero aún así se resiste a hablar mucho sobre su papel en cualquiera de estos dos importantes logros. Lombardo es claro: No se trata de él.

Lombardo y algunos voluntarios que resisten el frío toman un descanso de la tarea de acarrear la vieja y estropeada cocina de la rectoría para hacer lugar para una nueva.

Lombardo y algunos voluntarios que resisten el frío toman un descanso de la tarea de acarrear la vieja y estropeada cocina de la rectoría para hacer lugar para una nueva.

“No es obra mía; es obra de Dios,” dice, hasta evitando el término “exitosa” para describir la Misión de Our Lady of the Angels (Nuestra Señora de los Ángeles) en el barrio de Humboldt Park en Chicago. “Prefiero decir que hemos sido bendecidos por Dios con lo que está sucediendo aquí,” sugiere. “Pero tenemos muchísimo trabajo que hacer.”

Como son las cosas
Ya ha hecho mucho. En cinco cortos años Lombardo ha tomado varios edificios inhabitables y ha creado un ministerio que atiende a 700 familias por mes con comida, ropa, enseñanza, actividades extraescolares, estudio de la Biblia y retiros. La iglesia, que había estado alquilada a un culto protestante, está casi totalmente restaurada y abrirá pronto para adoración eucarística las 24 horas.

LOMBARDO acompaña a un invitado a un concierto a beneficio, para recaudar fondos para la Mission of Our Lady of the Angels.

Lombardo le asigna todo el crédito a la “red de Notre Dame”, de ex alumnos y amigos que facilitaron los fondos, a los cientos de voluntarios que ayudan, y a asociaciones como la YMCA y el Greater Chicago Food Depository—y a Dios, por supuesto.

La Divinidad es también responsable por los cinco jóvenes mujeres y hombres que han ingresado o están en discernimiento para ingresar a los Franciscans of the Eucharist (Franciscanos de la Eucaristía), una nueva comunidad para la cual Lombardo trabaja como consejero. “Yo no atraigo a nadie,” dice. “Dios los llama.”

Su naturaleza modesta sin embargo le ha ganado respeto en el vecindario mayoritariamente Afro Americano. Vistiendo un simple hábito franciscano gris cubierto con un abrigo de N.D., mientras se apresura para llegar a un grupo de estudios bíblicos para adultos mayores, Lombardo se detiene para agradecer a dos hombres que están quitando la basura del patio de un edificio abandonado.

El Padre Bob Lombardo conversa sobre las restauraciones de la iglesia con un trabajador.

El Padre Bob Lombardo conversa sobre las restauraciones de la iglesia con un trabajador.

Las mujeres del grupo de estudios aprecian igualmente su sabiduría, cuando explica cómo Jesús ponía énfasis en la importancia de servir a los demás. “Ustedes como madres saben esto mejor que nadie,” dice, con sus bifocales posados en la punta de la nariz para poder leer su biblia. Una mujer empieza a contar una historia de cómo un vecino usó un cable de extensión para robarle electricidad. Cuando esto lleva a advertencias de otros en el círculo sobre “dar demasiado”, Lombardo sutilmente los lleva nuevamente al evangelio de Lucas. “Debemos aprender a fortalecernos mutuamente,” dice, citando las palabras de Jesús. Sus cabezas asienten.

“El Padre Bob es muy auténtico,” dice la Hermana Alicia Torres, una novicia de los Franciscanos de la Eucaristía. “Dice las cosas exactamente como son. Todo se debe al Señor. No tiene que ver con nosotros y lo que queremos hacer.”

Siguiendo las huellas de Francisco
Predicar, vivir sencillamente, y servir a los pobres son los objetivos de Lombardo, que adoptó de su inspirador, San Francisco de Asís. “Para San Francisco, el Cristianismo no era una filosofía sino un modo de vida,” dice. “El punto principal es que él realmente lo vivía. Él practicaba lo que predicaba. Y era conocido por ser muy bondadoso.”

Como San Francisco, Lombardo también cambió una vida relativamente fácil por una de servicio a quienes tienen muy poco. Como estudiante del último año en Notre Dame, trabajaba como Tutor Residente en los dormitorios, planeaba casarse, y se estaba preparando para una carrera contable. Entonces, un día lo llamaron a la enfermería porque un estudiante de su piso se había enfermado de meningitis vertebral. Lombardo estaba con el joven cuando murió.

El Cardenal Francis George, O.M.I., arzobispo de Chicago, sentado con los miembros de los Franciscanos de la Eucaristía. Con secciones de hombres y mujeres, esta nueva comunidad religiosa es parte de la Misión de Our Lady of the Angels. Lombardo ha colaborado como consejero para los jóvenes adultos que fundaron la orden.

El Cardenal Francis George, O.M.I., arzobispo de Chicago, sentado con los miembros de los Franciscanos de la Eucaristía. Con secciones de hombres y mujeres, esta nueva comunidad religiosa es parte de la Misión de Our Lady of the Angels. Lombardo ha colaborado como consejero para los jóvenes adultos que fundaron la orden.

“Cuando sucede algo así, te pone a pensar,” dice. Lo que se puso a pensar Lombardo fue servir a los pobres como sacerdote. Después de dos años como auditor en Price Waterhouse en New York, Lombardo se dio cuenta de que la atracción hacia el sacerdocio no se alejaba.

Eligió los Franciscanos Capuchinos porque eran “realistas” y “estables,” dice, y comenzó los estudios en el Seminario de Maryknoll.  En 1987 Lombardo y otros siete Capuchinos, incluyendo a Benedict Groeschel, decidieron crear su propia rama de Franciscanos que continuaría con la tradición de San Francisco de servir a los pobres y predicar, en vez de ser empleados en parroquias. Los frailes (y hermanas) Franciscanos de la Renovación se consideran a sí mismos como parte de la “nueva evangelización” convocada por el Papa Juan Pablo II.

El patio de la rectoría antes de que voluntarios dirigidos por el Padre Bob lo remodelasen.
El patio de la rectoría antes de que voluntarios dirigidos por el Padre Bob lo remodelasen.

Presencia en la ciudad
Después de su ordenación en 1990 Lombardo trabajó como misionero en Bolivia y Honduras con niños huérfanos de la calle, organizó programas para los jóvenes en el Lower East Side de Manhattan, y dirigió el Refugio para Indigentes Padre Pío durante 18 años.

En 2006 Lombardo se mudó al Midwest por invitación de Francis George, O.M.I., Cardenal de Chicago, quien quería mantener una presencia católica en los vecindarios carenciados donde se habían cerrado parroquias y escuelas. Esta escuela en particular, en el West Side, era especialmente importante porque había sido el escenario de un incendio terrible en 1958, en que murieron 95 estudiantes y hermanas religiosas. La Parroquia de Our Lady of the Angels cerró en 1990; la escuela es ahora una escuela semi-autónoma subvencionada.

El patio después de la remodelación.

El patio después de la remodelación.

Lombardo no pensó dos veces antes de dejar New York, aunque había trabajado en el ministerio de personas indigentes allí durante casi dos décadas. Una estadía tan larga es inusual, admite.

Lombardo reconoce que le encantan los desafíos, pero es difícil imaginarlo preocupándose demasiado acerca de algo. “No tengo tiempo para preocuparme; eso supera mi nivel de salario,” dice. “Cuanto más envejeces, más te das cuenta de que no es mi problema, es problema de Dios.”

En cambio, se concentra en el trabajo que le espera. “Estoy aquí para cuidar de las personas necesitadas y predicar fielmente el evangelio,” dice Lombardo. “Cuando termino con eso al final del día, mi cabeza cae en la almohada y duermo bien sabiendo que Dios se hace cargo.”

Heidi Schlumpf Heidi Schlumpf es profesora adjunta de comunicación en Aurora University en los suburbios de Chicago y autora de While We Wait: Spiritual and Practical Advice for Those Trying to Adopt (ACTA) (Mientras esperamos: Consejos Espirituales y Prácticos para quienes Intentan Adoptar).

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